Que la vida era esto,
Que vivir es un lento adormecerse,
Que la noche no acaba con el sol.
No han querido contarnos
Que en la vida no hay nada sin sentido,
Que, oculta toda luz,
El mundo se equivoca,
Y no hay trampa ni infierno
En perder cada día en un abrazo
Más fuerte que la vida,
Que la vida obedeceY escucha y nos espera,
Y creer es vivir.
Pero la vida llama, nos invita,
Está como esperando que vivamos:
Dejémonos vivir.
Tal vez haya otro mundo
Y una vida que explique sus razones,
Una sinceridad que escriba en verso,
Una fe y un error
Que nos hagan el día suficiente,
Que no quieran contarnos
Que la vida era esto,
Que merece la pena
Encerrar el aliento
En palabras que cuenten que la vida
Era esto y que no
Podemos evitar seguir viviendo.
(Del libro Aunque Dios tenga sed, de Santiago Tena, Madrid, Sial, 2004)
amor, ¿cómo hablarte? llegar y leer, y no saberlo yo, y leer y escichar la música, y tú al otro lado del mundo, "dondequiera que tú estés", y yo desde aquí buscando, mis canales abiertos, queriendo que llegues, que vengas, que me busques
ResponderEliminar¿estás ahí?
amor
(gracias inmensísimas, ely)
jajaja...
ResponderEliminarcomo decirte ummmm.
Si estoy aquí...
me pregunto ¿como tener un original de ese libro tuyo "aunque Dios tenga sed"?
Gracias a ti Amor.
Mas te leo Santi y mas te quiero...... No puedo evitarlo....
ResponderEliminarNo podemos evitar seguir viviendo aunque aveces nos pese la vida, el frío, el calor,el estado transitorio de estupidez mental que muchos llaman AMOR. Y definitivamente la noche no acaba con el sol, nos inunda por largas horas y sólo añoramos la intima invitación que nos alumbra y nos contenta con infinitas explicaciones. Gracias por tus letras desde Chile. Espero poder adquirir algo de tu obra fresca y sana acá en mi largo y angosto país.
ResponderEliminarNo podemos evitar seguir viviendo aunque aveces nos pese la vida, el frío, el calor,el estado transitorio de estupidez mental que muchos llaman AMOR. Y definitivamente la noche no acaba con el sol, nos inunda por largas horas y sólo añoramos la intima invitación que nos alumbra y nos contenta con infinitas explicaciones. Gracias por tus letras desde Chile. Espero poder adquirir algo de tu obra fresca y sana acá en mi largo y angosto país.
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