Cuando se nos olviden las ganas de amar
Y queden, amargos, los besos encerrados en la boca
Cuando se escapen las palabras que lastiman
Que venga el silencio y nos conquisté despacio
Que regresen los besos que se lanzan por la espalda
Que regrese tu voz en mi pecho
y se encienda el fuego alrededor de la falta
Que prefiero arder de apoco, dejar de amarte nunca
Cuando se nos olvide que amar era el única razón
Y los hilos del recuerdo ya no encuentren el camino
Cuando tus pasos comiencen a dejar huellas en otro lugar
Que venga la noche y nos perfume con olvido
Para hacernos, de luna, poesía indescifrable
Que regresen las estrellas que se apagan con la risa
Y aparezcan las mañanas en aquella ventana
Que prefiero no entenderme, dejar de amarte nunca
Que no sea la voz,
que se convierta en suspiro toda palabra perdida
Que no sean las manos,
que se conviertan en caricia aquella intención de mano al viento
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